En todo el planeta, la especie humana afronta desafíos vitales que están impulsando cambios profundos en el mercado de la energía y en la dependencia de los combustibles fósiles.

Las incertidumbres derivadas de los costes, el agotamiento de las reservas de combustibles fósiles y el crecimiento de la demanda de una población cada vez más urbana que no deja de crecer generan preocupaciones medioambientales en torno a las fuentes de energía tradicionales.

Además de esta demanda directa de más energía, la escasez de agua también ejerce una presión adicional, ya que las plantas de desalinización consumen mucha energía.

En estas circunstancias, a nadie le debe sorprender que la energía renovable cobre cada vez mayor protagonismo en la sociedad y entre las organizaciones comerciales y los gobiernos (en el caso de estos últimos, se han cosechado éxitos significativos). En 2015, el 22,8 % de toda la producción eléctrica mundial provino de fuentes renovables, solo por detrás del carbón (39,3 %) y del gas (22,9 %). En contraste con lo anterior, la energía nuclear (10,6 %) y el petróleo (4,1 %) solo se utilizaron para producir cantidades de electricidad relativamente modestas. La tasa de crecimiento anual de las renovables ha sido notable; la fotovoltaica solar está a la cabeza con un crecimiento medio del 45,5 % anual desde 1990-2015.[1]

 ¿Qué es la energía renovable?

En Oriente Próximo hay tres fuentes de energía renovable que protagonizan este cambio en la cartera energética:

La energía solar utiliza varias tecnologías, incluida la energía solar concentrada (CPS) que se utiliza para calentar agua y mover turbinas con el vapor. Sin embargo, la fuente de mayor incidencia es la fotovoltaica, generada por celdas solares (o fotovoltaicas) que convierten la luz solar en electricidad. Hace ya más de 60 años, los científicos descubrieron que el sílice genera una carga eléctrica cuando se expone a luz solar. Algunas celdas solares han sustituido el sílice por otros materiales como tintas solares, tintes solares y plásticos conductores.

Energía eólica, generada con turbinas de viento que generan energía mecánica, la cual a su vez se convierte en electricidad por medio de un generador.

Y la energía geotérmica, en la que se utiliza el calor de reservas naturales de aguas termales para mover un generador de electricidad.

El auge de las renovables

Las cifras de la Agencia Internacional de la Energía ponen de manifiesto el impacto de la generación de renovables entre los 35 estados miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). En 2016, el 23,8 % de la electricidad generada en la OCDE provino de renovables, una cifra que crece un 3,8 % año tras año, impulsada por el auge de la generación de electricidad eólica y solar fotovoltaica. Estas dos fuentes de energía renovable crecieron a una tasa anual del 21 % y el 43 % respectivamente entre los años 2000 y 2016.[2]

En todo el planeta, los gobiernos responsables son conscientes del enorme desafío energético que afrontan sus sociedades y se preparan para aspirar a objetivos cada vez más ambiciosos en la generación de energía renovable.

La Unión Europea aspira a atender el 20 % de sus necesidades energéticas con fuentes renovables para 2020,[3] y varios estados miembros de la UE tiene objetivos incluso más ambiciosos. Por ejemplo, Alemania tiene planes de generar el 100 % de su suministro eléctrico con energía renovable para el año 2050.[4]

En Arabia Saudí, el gobierno se ha comprometido a desarrollar un «sector de energías renovables que sea competitivo» en su plan Visión 2030. Desde el momento en que se trazaron las ambiciosas aspiraciones del programa Visión 2030, el objetivo inicial de generar 9,5 GW de energía renovable para el año 2030 se ha adelantado siete años y ahora se espera alcanzar esas cifras para 2023.

Arabia Saudí: a la renovación por las renovables

A pesar de tener unos objetivos tan ambiciosos, el gobierno ha tomado ya medidas para desarrollar el mercado de energías renovables del país: ha seleccionado un grupo de candidatos licitadores para que se responsabilicen de proyectos de 700 MW de energía solar y eólica en la primera fase de su iniciativa de energía renovable en abril de 2017.

Su Excelencia Khalid Al Falih, Ministro de Energía saudí, ha declarado: «La respuesta del mercado a la invitación del Reino para participar en sus primeros proyectos de energía renovable ha sido abrumadoramente positiva, lo que demuestra la confianza que el mercado deposita en nuestro inmenso potencial en energías renovables y en nuestro entorno de inversiones».[5]

Esta confianza y este empeño reflejan el enorme potencial de las renovables en Arabia Saudí.

Gracias a su posición en el «cinturón del sol» que se extiende desde la costa oeste del norte de África hasta el extremo oriental de Asia Central, pocos países pueden presumir del nivel de radiación solar que recibe Arabia Saudí. Su clima y sus amplísimas extensiones de terreno plano son ideales para la instalación de paneles solares, además de que existe gran parte de la infraestructura necesaria para la conexión de la electricidad solar a la red nacional.

En el noreste y en el centro del país, así como en las montañas del oeste, se da viento suficiente para permitir la implantación de una industria de energía eólica a una escala económicamente viable. Para ser sostenibles desde el punto de vista comercial, los aerogeneradores necesitan poder aprovechar vientos de una velocidad media de seis metros por segundo. Arabia Saudí tiene tres zonas especialmente indicadas donde se miden habitualmente vientos con una velocidad media de 8 metros por segundo, un 33 % superior a la velocidad que hace de la energía eólica un producto rentable.

Por su parte, los manantiales de aguas termales de Arabia Saudí son idóneos para la generación de electricidad geotérmica. Los manantiales de aguas termales de Al Khouba se consideran los más importante de los 10 existentes en el país que podrían aprovecharse para producir energía geotérmica.

El impacto de las energías renovables en la vida real

Las renovables crecen a un ritmo vertiginoso, y el impacto será significativo en comunidades de Arabia Saudí, en el CCG y en el resto del mundo. Se trata de efectos que probablemente se aprecian en tres ámbitos principales: una reducción en la factura energética de los consumidores, nuevos empleos para atender la demanda creciente en el sector de las renovables, y reducción de la contaminación atmosférica y las emisiones nocivas.

En los cinco años anteriores a 2013, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registró un aumento del 8 % en los niveles de contaminación atmosférica del planeta[6].

Según datos del Banco Mundial y del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME), el 87 % de la población mundial vive actualmente en países con niveles de contaminación ambiental superiores a las directrices de calidad del aire definidas por la OMS. En los países con ingresos medios o bajos, esa misma cifra se dispara al 90 %[7]. El 98 % de las ciudades de más de 100 000 habitantes en países con ingresos medios o bajos no cumplen las directrices de calidad del aire de la OMS[8].

El aumento de la contaminación atmosférica conlleva un aumento del riesgo de diferentes problemas de salud como ictus, enfermedades del corazón, cáncer de pulmón y enfermedades respiratorias crónicas. En 2013 se perdieron 5,5 millones de vidas a causa de la contaminación atmosférica, lo que la convierte en el cuarto factor de riesgo de muerte prematura en todo el mundo. [9]

Sin embargo, la introducción de las renovables en la cartera energética debería reducir notablemente el uso de combustibles fósiles, que es el principal contaminante del aire. La Agencia Internacional de Energías Renovables calcula que en la región del CCG se producirá una reducción del 25 % en el uso de combustibles fósiles en los sectores de la electricidad y el agua para el año 2030. En total se podría ahorrar el equivalente a 2500 millones de barriles de petróleo gracias a los planes de energías renovables de la región entre 2015 y 2030[10].

Aparte de las ventajas para la salud, la expansión de las renovables también generará beneficios económicos. Las energías renovables ofrecen oportunidades de creación de empleo a gran escala, así como la oportunidad de reequilibrar las economías del CCG y crear un medio ambiente más limpio para vivir[11].

Según datos del Centro de Investigaciones de la Energía de Reino Unido, los proyectos de energía solar fotovoltaica generan como mínimo el doble de puestos de trabajo por unidad de generación de electricidad, en comparación con las instalaciones de carbón o gas natural.[12] Para 2030, las energías renovables podrían llegar a generar 207 000 empleos en el CCG, casi 77 000 de ellos en Arabia Saudí[13].

Para terminar, el coste para los consumidores se reducirá a medida que mejore la tecnología que hace posible las energías renovables. En términos generales, producir electricidad a partir de energías renovables es actualmente más eficiente que la generación de electricidad por métodos tradicionales. Una vez realizada la inversión del coste inicial de la instalación, la producción de energía es mucho más barata, lo que redunda en una reducción de las facturas de los consumidores.[14]

Un futuro más limpio y más barato para todos

Desde su fundación, Abdul Latif Jameel ha aspirado a facilitar el progreso de las comunidades a las que sirve. Esa noble tradición continúa ahora con su inversión en energías renovables, y aprovecha la oportunidad para ayudar al gobierno de Arabia Saudí a hacer realidad las transformaciones deseadas en los próximos años.

Omar Al-Madhi, CEO de Abdul Latif Jameel Energy Arabia Saudí, ha declarado: «Las energías renovables presentan una oportunidad de crear empleo, nuevas capacidades profesionales y nuevas oportunidades para la población local. Al traer la tecnología a nuestro país y transferir los conocimientos, podemos proporcionar una base sólida para que pueda prosperar la industria saudí de las energías renovables».

Si desea más información acerca de las inversiones de Abdul Latif Jameel Energy en soluciones de energía renovable y su labor de cara a preparar un futuro mejor para todos en Arabia Saudí, visite www.alj.com/energy.

[1] Renewables Information: Overview (2017 edition), International Energy Agency, accessed August 2017

[2] Coal falls as gas rises: World energy balances in 2016, International Energy Agency, 8 August 2017

[3] Renewable Resources: The Impact of Green Energy on the Economy, Bussines.com, 22 February 2017

[4] 100% Renewable Electricity Supply by 2050, United Nations, accessed August 2017

[5] Saudi Arabia Announces Qualified Companies for Round 1 of National Renewable Energy Program, Renewable Energy Project Development Office, 10 April 2017

[6] Air pollution levels rising in many of the world’s poorest cities, World Health Organization, 12 May 2016

[7] The Cost of Air Pollution: Strengthening the Economic Case for Action, World Bank and Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), September 2016

[8] WHO Global Urban Ambient Air Pollution Database (update 2016), World Health Organization, accessed June 2017.

[9] Air Pollution Deaths Cost Global Economy US$225 Billion, World Bank, 8 September 2016.

[10] Renewable Energy Market Analysis: The GCC Region, International Renewable Energy Agency, 2016.

[11] Renewable Energy Market Analysis: The GCC Region, International Renewable Energy Agency, 2016.

[12] Low carbon jobs: The evidence for net job creation from policy support for energy efficiency and renewable energy, UK Energy Research Centre, 2014

[13] Renewable Energy Market Analysis: The GCC Region, International Renewable Energy Agency, 2016.

[14] Renewable Resources: The Impact of Green Energy on the Economy, Bussines.com, 22 February 2017