La tecnología sanitaria está transformando la forma en que podemos diagnosticar, tratar y prevenir enfermedades, y tiene el potencial de mejorar radicalmente el acceso a la sanidad a escala mundial. Sin embargo, la tecnología por sí sola no es suficiente. Solo es una parte de un ecosistema más amplio en el que también participan los innovadores, inversores, médicos, gobiernos, reguladores y, por supuesto, pacientes. Para aprovechar verdaderamente el potencial de la tecnología sanitaria y mejorar los resultados para los pacientes de todo el mundo se necesitan nuevas formas de colaboración, nuevos modelos de prestación de servicios y, lo que es más importante, nuevos canales de inversión.

Es una yuxtaposición interesante. A medida que nos volvemos cada vez más urbanizados, vivimos más y mejor que nunca, con acceso a mejores viviendas, comodidades, empleo, educación y servicios sanitarios. Para 2050, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que dos tercios de la población mundial vivirán en áreas urbanas, un aumento impulsado principalmente por la creciente urbanización en África y Asia[1].

Sin embargo, estos mismos factores están ejerciendo mucha presión sobre nuestros servicios sanitarios. Nuestros estilos de vida, cada vez más ajetreados y estresantes, están afectando negativamente a nuestra salud física y mental. Según las estadísticas de la OMS[2], las enfermedades no transmisibles, que incluyen diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas y pulmonares, están en aumento y representan el 70 % de las muertes a nivel mundial. Este aumento se atribuye a factores como las dietas deficientes, el ejercicio insuficiente, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la creciente prevalencia de problemas de salud mental y a una de las principales amenazas: la contaminación del aire.

Según un informe de la OMS, la contaminación del aire se ha convertido en el “mayor riesgo ambiental para la salud”, afecta a nueve de cada diez personas y acaba de forma prematura con la vida de siete millones de personas al año, víctimas de enfermedades no transmisibles. Entre 2030 y 2050 el cambio climático provocará 250 000 muertes más cada año, no solo debido a la contaminación, sino también al estrés térmico, la diarrea, la malaria y la desnutrición en los países más pobres del mundo[3].

Todos estos elementos combinados están ejerciendo una presión cada vez mayor sobre nuestros sistemas de sanidad, aumentando los costes de tratamiento y las urgencias en los establecimientos sanitarios.

El hacinamiento de más y más personas en pueblos y ciudades donde las infraestructuras sanitarias son insuficientes tiene un impacto indirecto sobre los riesgos sanitarios, entre los que destaca el aumento de las enfermedades “zoonóticas”, que se transmiten de los animales a los humanos. La primera que se nos viene a la mente es el COVID-19, que sigue cobrándose miles de muertes en todo el mundo. Aunque es el ejemplo más reciente y devastador, está lejos de ser un caso aislado. Según el Instituto Nacional de Salud, las enfermedades zoonóticas representan el 60 % de las enfermedades infecciosas conocidas y el 75 % de los contagios emergentes. Otros ejemplos notables incluyen el ébola, la gripe aviar (H5N1) y la mayor causa de muerte del mundo: la malaria, que afecta a 500 millones de personas y mata a 2,7 millones cada año[4].

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Tecnología sanitaria: un nuevo punto de inflexión

La batalla en curso contra las enfermedades transmisibles y no transmisibles, con pocos éxitos notables, demuestra nuestro historial irregular en la lucha contra esta marea de amenazas a la salud mundial. Sin embargo, los avances impulsados por la inteligencia artificial (IA) en la tecnología sanitaria podrían estar a punto de anunciar una nueva era en la lucha contra las enfermedades, abriendo nuevas vías para facilitarles el acceso a la sanidad de alta calidad a quienes más la necesitan.

La OMS define la tecnología sanitaria como la “aplicación de conocimientos y habilidades organizados en forma de dispositivos, medicamentos, vacunas, procedimientos y sistemas desarrollados para resolver un problema de salud y mejorar la calidad de vida”.[5]En otras palabras, implica una combinación muy compleja de diferentes actores y factores regulatorios que. Según sugiere la empresa de consultoría global McKinsey & Company, puede que esta sea la razón del retraso de la transformación digital en la industria sanitaria en comparación con otros sectores.

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A la cabeza están la inteligencia artificial y el aprendizaje automático, que pueden convertir grandes cantidades de datos sanitarios de los pacientes en conocimientos precisos para tratar, prevenir e incluso predecir enfermedades[6]. Programada con un conjunto complejo de escenarios hipotéticos basados en reglas, la IA puede recopilar y organizar datos sanitarios globales a una velocidad que antes era imposible. A través de los resultados obtenidos, los médicos pueden llegar a comprender patrones recurrentes y desarrollar modelos de tratamiento basados en los atributos específicos del paciente[7].

Ya existen numerosos ejemplos relativamente simples de cómo se está aplicando la IA en la industria sanitaria.

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Hay un reloj inteligente, producido por Empatica y aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE. UU. (FDA), que utiliza algoritmos de inteligencia artificial para medir los datos de temperatura y alertar al usuario de una infección antes de que presente síntomas, lo que podría ayudar a detectar virus como el COVID-19 en una fase inicial[8].

El sistema Watson Health de IBM combina la experiencia humana con la inteligencia aumentada para ayudar a los profesionales de la salud y a los investigadores a desarrollar sus conocimientos y mejorar la atención en cientos de hospitales de todo el mundo[9]. Por ejemplo, para los diabéticos, Watson Health puede predecir alteraciones en los niveles de glucosa hasta tres horas antes de su aparición. En el campo de la oncología, sus sistemas inteligentes pueden analizar decenas de millones de puntos de datos en solo segundos e identificar 300 terapias alternativas para al menos 12 tipos de cáncer, lo que representa el 80 % de la incidencia mundial de cáncer[10].

La plataforma de IA DeepMind de Google también está ayudando a los médicos a proporcionar mejores resultados para los pacientes[11]. Ha desarrollado una tecnología para el diagnóstico precoz de la lesión renal aguda, que afecta a uno de cada cinco pacientes hospitalarios en el Reino Unido y Estados Unidos. Solo en el Reino Unido, esta enfermedad les cuesta a los hospitales más de 1200 millones de USD al año[12].

Otra área en la que la IA ya está marcando diferencias es la mejora de la atención a los ancianos, donde se utilizan robots para conversar e interactuar socialmente con los pacientes. Los períodos prolongados en hospitales y residencias de ancianos pueden resultar aislantes, especialmente para los pacientes más mayores. La interacción robótica les ayuda a prolongar su independencia y reduce las necesidades de hospitalización y residencias. Esto mejora su calidad de vida, contribuye a mantener su agudeza mental y alivia la carga económica de los sistemas sanitarios en las poblaciones más envejecidas.[13].

Economía y supervisión de la salud personal

Las motivaciones para impulsar la sanidad mediante la IA tienen tanto que ver con la economía gubernamental como con los resultados de los pacientes. De hecho, ambos aspectos están interrelacionados, ya que los crecientes problemas de salud suponen una gran carga para los fondos del gobierno. Forbes estima que, para el 2026, la IA podría generar unos ahorros anuales de 150 mil millones de USD dentro del sector sanitario y, con el tiempo, cubrir el 20 % de la demanda clínica insatisfecha. Se espera que en 2021 la inversión en IA alcance los 6600 millones de USD.

Solo el gobierno del Reino Unido ha invertido alrededor de 306 millones de USD en un Laboratorio Nacional de Inteligencia Artificial (NHSX) para digitalizar su Servicio Nacional de Salud (NHS). Su objetivo es reducir 30 millones de consultas ambulatorias, lo que supondría un ahorro de más de 1200 millones de USD que podrían reinvertirse para proporcionar atención de vanguardia y evitar que los pacientes realicen lo que se califica como desplazamientos hospitalarios innecesarios[14].

La tecnología portátil impulsada por la IA se considera otra forma de reducir significativamente las visitas al hospital y la creciente carga de trabajo a la que se enfrentan los médicos.[15] Si los usuarios tuviesen la posibilidad de controlar su propia salud, niveles de ejercicio y patrones de sueño, en última instancia podrían adoptar un enfoque preventivo en lugar de recurrir a tratamientos. En una escala más amplia, los dispositivos portátiles brindan a las empresas de seguros médicos un barómetro para ofrecer paquetes de costes personalizados e incentivos con el potencial de mejorar los comportamientos de sus asegurados[16]. Los dispositivos portátiles también ofrecen a los empleadores una forma de mejorar enormemente su productividad (el tiempo de trabajo que se pierde por culpa de enfermedades puede llegar a costarle miles de millones de dólares a las economías)[17].

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Una investigación realizada en los EE. UU. por la revista Business Insider concluyó que más del 80 % de los consumidores están dispuestos a usar un dispositivo portátil. Desde los dispositivos de monitorización del ejercicio físico originales que se conectan a las aplicaciones de los smartphone, los dispositivos portátiles han evolucionado hasta convertirse en relojes de salud inteligentes que miden el ritmo cardíaco, monitores de ECG que pueden medir un electrocardiograma y detectar fibrilaciones auriculares (latidos del corazón y respiración irregulares) y monitores de la presión arterial que pueden almacenar, supervisar y compartir datos con los médicos, obtener información sobre los hábitos personales del usuario y promover cambios de comportamiento.

Las investigaciones sugieren que el mercado de los dispositivos portátiles de salud y ejercicio físico seguirá creciendo. Solo en los EE. UU., el mercado se ha más que triplicado en los últimos cuatro años y se prevé que crecerá un 10 % anual hasta superar los 120 millones de usuarios en 2023[18]. Esto representa más de un tercio de los 330 millones de habitantes del país.

Junto con los dispositivos portátiles, otra tendencia es el desarrollo de dispositivos más pequeños que permiten que los diagnósticos estén más disponibles y sean más accesibles. Un ejemplo es un dispositivo de mano que utiliza 9000 sensores para realizar ecografías, sin las radiaciones dañinas asociadas con las máquinas de ultrasonido tradicionales. Se cree que esto puede ser una forma de proporcionar diagnósticos asequibles a las dos terceras partes de la población mundial que no tienen acceso a la tecnología de ultrasonidos[19].

Aprovechar los últimos avances en IA para aumentar la disponibilidad y la accesibilidad de dispositivos de diagnóstico efectivos es una prioridad para los proveedores de sanidad, los gobiernos y las ONG, tanto para detectar enfermedades infecciosas como no infecciosas. Aunque los diagnósticos influyen en alrededor del 70 % de las decisiones de sanidad, en la actualidad las pruebas de diagnóstico solo representan del 3 % al 5 % del gasto sanitario[20]. Por ejemplo, facilitar el acceso a las mediciones de glucosa en sangre podría ayudar a mejorar la detección de diabetes entre el 50 % de las personas en países con ingresos bajos o medios que no saben que la padecen, dándole a millones de individuos la posibilidad de obtener un tratamiento adecuado y mejores resultados a largo plazo.

Para los inversores privados, el ritmo actual de la innovación en tecnología sanitaria promete un valor de crecimiento real. Google y Apple son las más conocidas entre las muchas empresas que han invertido en algunas de las últimas innovaciones en dispositivos portátiles. Según Forbes, en 2019 se invirtieron miles de millones de USD en más de 100 empresas de salud digital[21]. Ejemplos notables incluyen la adquisición por parte de Google de Fitbit, un dispositivo portátil para monitorizar el ejercicio físico, y la compra por parte de Amazon de Health Navigator, que utiliza técnicas analíticas basadas en macrodatos para proporcionar asesoramiento sanitario[22]. El gigante de la sanidad Optum también ha ampliado su oferta de dispositivos de autocontrol para pacientes al adquirir Vivify Health, una plataforma en la nube que permite que los médicos brinden atención remota[23].

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Salud virtual

Del mismo modo, las posibilidades de la salud virtual se están ampliando, permitiendo así que los pacientes y los médicos tengan consultas virtuales, en tiempo real y desde prácticamente cualquier lugar. En EE. UU. se prevé que los servicios sanitarios virtuales, o la “telemedicina”, aumenten un 16,8 % entre 2017 y 2023[24].

A través de la salud virtual, los médicos pueden brindar atención y apoyo en el momento y el lugar que mejor se adapte al paciente. Esto es especialmente útil cuando existen desafíos físicos relacionados con la distancia y la accesibilidad a la sanidad[25]. El potencial de la salud virtual es aún mayor gracias a los datos que los pacientes pueden recopilar y compartir con sus médicos a través de tecnologías portátiles.

Ya se están llevando a cabo ensayos clínicos de salud virtual en todo el mundo sin que los participantes tengan necesidad de salir de sus hogares. Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Stanford realizaron un estudio con 400 000 personas para averiguar la capacidad de los relojes inteligentes para identificar de forma segura las irregularidades de la frecuencia cardíaca de una “fibrilación auricular”. Alrededor de 33 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad y hasta un 30 % de los casos no se diagnostican hasta que surgen complicaciones potencialmente mortales[26]. En este estudio se descubrió que el 80 % de los participantes que recibieron notificaciones de pulso irregular a través de su reloj inteligente padecían fibrilación auricular. De estos, el 57 % solicitó atención médica[27].

Invertir en posibilidades

Desde hace mucho tiempo, la familia Jameel ha reconocido la necesidad de invertir en la sanidad como uno de los pilares fundamentales de la infraestructura de la vida. De hecho, el difunto fundador de los actuales negocios diversificados y la organización filantrópica global fue también promotor de una serie de iniciativas sanitarias en Arabia Saudí y en toda la región, incluido el establecimiento en 1995 del Hospital Abdul Latif Jameel, el primer hospital sin ánimo de lucro especializado en rehabilitación médica de Arabia Saudí, que proporciona una atención integral para adultos y niños.

En 2018, la Clínica para el Aprendizaje Automático en la Salud Abdul Latif Jameel, o “Jameel Clinic” (J-Clinic), con sede en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (ITM), fue cofundada por Community Jameel y, como parte de su misión, hoy está a la vanguardia de la investigación en tecnología sanitaria, con énfasis en el uso de la IA para modelar datos biológicos en modalidades como imágenes, texto y genómica, logrando así nuevos descubrimientos en aprendizaje automático, biología, química y ciencias clínicas[28].

Sin ir más lejos, dentro del contexto de la pandemia actual, los investigadores de la Jameel Clinic utilizaron con éxito la IA para producir modelos basados en datos y ofrecer predicciones precisas sobre cómo evolucionarían las tasas de infección, teniendo en cuenta los patrones de movimiento y los comportamientos de congregación de la gente.[29].

Utilizando los datos recopilados de sensores portátiles y relojes inteligentes[30], la J-Clinic también realizó un estudio para “predecir” si una persona está demasiado cansada, agotada o estresada, lo que aumenta su probabilidad de enfermarse. El equipo planea desarrollar su investigación para observar las infecciones virales, como el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19[31].

En febrero de 2020, otro éxito espectacular de la J-Clinic fue la identificación mediante IA de un nuevo y poderoso compuesto antibiótico, la halicina. Se predijo que la molécula elegida por el modelo, que fue analizada entre más de cien millones de compuestos químicos en cuestión de días, tenía una fuerte actividad antibacteriana y una estructura química diferente a la de cualquier antibiótico existente. Utilizando un modelo de aprendizaje automático diferente, los investigadores también demostraron que, probablemente, esta molécula tendría una baja toxicidad para las células humanas.

Otro laboratorio cofundado por Community Jameel, el Instituto de Investigación de Enfermedades y Emergencias Abdul Latif Jameel, o “Instituto Jameel” (J-IDEA), con sede en el Imperial College London, utiliza análisis de datos basados en IA para identificar, mapear y priorizar el riesgo de enfermedades transmisibles posibles de prevenir y la salud pública en todo el mundo[32].

Del laboratorio a la comunidad

Sin embargo, no se trata solo de invertir en I+D para desarrollar nuevas innovaciones y tecnologías. Mejorar la sanidad de forma duradera y sostenible significa sacar la tecnología de los laboratorios y ponerla en práctica para abordar los problemas relacionados con el acceso a la atención y la tecnología sanitaria en las regiones en desarrollo, donde se necesita con urgencia. Por lo tanto, siempre con el objetivo de facilitar el acceso a la sanidad, Abdul Latif Jameel también se está asociando con empresas líderes en tecnología sanitaria en todo el mundo.

En 2017 se asoció con los innovadores japoneses Cyberdyne, que son pioneros y especialistas en la tecnología de rehabilitación de lesiones espinales utilizando exoesqueletos robóticos, para llevar por primera vez esta tecnología de vanguardia a Arabia Saudí. La asociación se amplió en 2019 con el objetivo de implementar la tecnología Hybrid Assistive Limb (HAL®) de Cyberdyne en la región del Golfo[33] y el establecimiento del Hospital Abdul Latif Jameel como centro de formación regional..

También se ha establecido una asociación similar con otro pionero en tecnología sanitaria japonés, Cellspect, destinada a proporcionar análisis de sangre rápidos y asequibles en los países en desarrollo de Oriente Medio, África, el sudeste asiático e India.

En la actualidad, el dispositivo de diagnóstico en el punto de atención de Cellspect verifica el metabolismo del azúcar, los lípidos y la función hepática, proporcionando resultados en solo cinco minutos.

 

Con el objetivo de comercializar y distribuir tecnologías de vanguardia, así como de ayudar a científicos, ingenieros, médicos y empresarios a impulsar nuevos dispositivos y tecnologías, Abdul Latif Jameel también se ha asociado con la Organización Japonesa para el Desarrollo de Productos Sanitarios (JOMDD).

Las tecnologías emergentes también tienen el potencial de ayudar a los pacientes de otras formas. La impresión 3D se utiliza cada vez más para crear dentaduras postizas y modelos personalizados para huesos rotos[34]. Uno de los avances más importantes ha sido la creación de extremidades “protésicas” artificiales impresas en 3D. Las prótesis tradicionales cuestan decenas de miles de dólares, así que solo estaban disponibles para unos pocos. Ahora, se pueden fabricar sofisticadas prótesis 3D por menos de 30 USD, que se ofrecen a pacientes de algunos de los países más pobres del mundo[35].

El inicio de la banda ancha 5G ampliará aún más las posibilidades de la tecnología sanitaria, con velocidades de conexión mucho más rápidas que permiten la transferencia y retransmisión de macrodatos (conjuntos de datos grandes y complejos) de una forma que hasta ahora era imposible. El 5G también abre la posibilidad de que los cirujanos realicen procedimientos desde otros continentes con la ayuda de tecnologías robóticas.[36] Con un retraso de solo 0,1 segundos, los cirujanos podrían realizar operaciones en directo desde el otro lado del mundo utilizando tecnologías robóticas conectadas al Internet de las cosas (IoT)[37].

Asegurar nuestros datos

Además de los muchos desafíos tecnológicos y financieros involucrados en el aprovechamiento del potencial de la tecnología para revolucionar la sanidad tal como la conocemos, otro obstáculo importante es la seguridad de los datos. La perspectiva de crear bancos de datos colaborativos a lo largo de distintos hospitales y territorios geográficos permitiría obtener un aprendizaje más amplio. Sin embargo, en un sector que se basa en el principio de confidencialidad del paciente, hay que equilibrar algunos pros y contras significativos. Hasta la información personal anónima que se transfiere a una clínica podría incluir información confidencial sobre las direcciones anteriores, el estilo de vida y las relaciones familiares del paciente[38].

Sería primordial contar con las medidas reglamentarias transfronterizas adecuadas para garantizar que los datos confidenciales no se viesen comprometidos bajo ningún concepto. No obstante, con la proliferación de información personal que ya está disponible en Internet, no existe una solución fácil para proteger la información médica compartida.

A medida que el mercado de la tecnología sanitaria se vuelve más competitivo, las metas del éxito también son más difíciles de alcanzar, tanto para los veteranos como para los nuevos participantes. Según McKinsey, para triunfar, las ofertas principales de los desarrolladores de tecnología sanitaria deberán ganarse el beneplácito de los inversores mediante la comprensión de las percepciones de los clientes, la realización una diligencia debida sólida, la construcción de marcos tecnológicos robustos y la generación de un impacto demostrable en los destinatarios de sus innovaciones.

También deben estar preparados y ser capaces de crecer en función de la demanda que generen sus innovaciones, así como tener una hoja de ruta clara para futuras investigaciones y desarrollos a medida que la dinámica de la demanda cambia a lo largo del tiempo[39].

El mercado de la tecnología sanitaria se ha encontrado de repente en la cresta de la ola.

En el futuro, el impulso y la innovación continua serán fundamentales, al igual que los nuevos canales de financiación de inversores como Abdul Latif Jameel, con un compromiso a largo plazo, una visión holística y una definición del éxito no solo en términos de rentabilidad financiera, sino también de resultados humanitarios.

 

[1] https://cities-spotlight.who.int/

[2] https://www.who.int/news-room/feature-stories/ten-threats-to-global-health-in-2019

[3] https://www.who.int/news-room/feature-stories/ten-threats-to-global-health-in-2019

[4] https://www.who.int/whr/1996/media_centre/executive_summary1/en/index9.html

[5] https://www.who.int/health-technology-assessment/about/healthtechnology/en/

[6] https://www.telegraph.co.uk/business/open-economy/new-technologies-transforming-healthcare/

[7] https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6616181/

[8] https://www.jclinic.mit.edu/post/ml-for-covid-19-can-ai-give-you-an-alert-indicating-a-viral-infection-before-you-feel-symptoms

[9] https://www.ibm.com/watson-health/about/get-the-facts

[10] https://www.healthcareglobal.com/technology/four-ways-which-watson-transforming-healthcare-sector

[11] https://deepmind.com/blog/announcements/deepmind-health-joins-google-health

[12] https://deepmind.com/blog/article/predicting-patient-deterioration

[13] https://www.pwc.com/gx/en/industries/healthcare/publications/ai-robotics-new-health/transforming-healthcare.html

[14] https://www.england.nhs.uk/2019/06/nhs-aims-to-be-a-world-leader-in-ai-and-machine-learning-within-5-years/

[15] https://www.businessinsider.com/wearable-technology-healthcare-medical-devices?r=US&IR=T

[16] https://www.forbes.com/sites/reenitadas/2019/02/04/the-top-five-digital-health-technologies-in-2019/#4f4e55766c0f

[17] https://www.forbes.com/sites/ashleystahl/2020/03/12/3-ways-coronavirus-may-impact-the-future-of-the-workforce/#744b8bf1cef5

[18] https://www.businessinsider.com/wearable-technology-healthcare-medical-devices?r=US&IR=T

[19] https://www2.deloitte.com/us/en/insights/industry/health-care/health-tech-investment-trends.html

[20] https://stm.sciencemag.org/content/6/226/226ed6

[21] https://www.forbes.com/sites/greglicholai/2020/01/14/digital-healthcare-growth-drivers-in-2020/#74a8bfdb511d

[22] https://www.forbes.com/sites/greglicholai/2020/01/14/digital-healthcare-growth-drivers-in-2020/#74a8bfdb511d

[23] https://hitconsultant.net/2019/11/01/unitedhealth-optum-acquires-vivify-health/

[24] https://telemedicine.arizona.edu/blog/7-telemedicine-concerns-and-how-overcome-them

[25] https://www2.deloitte.com/content/dam/insights/us/articles/GLOB22843-Global-HC-Outlook/DI-Global-HC-Outlook-Report.pdf

[26] https://eu.usatoday.com/story/tech/2020/02/25/apple-watch-johnson-johnson-study-to-reduce-stroke-risk/4866152002/

[27] http://med.stanford.edu/news/all-news/2019/03/apple-heart-study-demonstrates-ability-of-wearable-technology.html

[28] https://www.jclinic.mit.edu/

[29] https://www.jclinic.mit.edu/post/neural-network-aided-quarantine-control-model-estimation-of-covid-spread

[30] https://www.jclinic.mit.edu/post/ml-for-covid-19-can-ai-give-you-an-alert-indicating-a-viral-infection-before-you-feel-symptoms

[31] https://www.jclinic.mit.edu/post/ml-for-covid-19-can-ai-give-you-an-alert-indicating-a-viral-infection-before-you-feel-symptoms

[32] https://www.imperial.ac.uk/jameel-institute/research/strengthening-health-systems/

[33] https://www.alj.com/en/news/abdul-latif-jameel-and-cyberdyne-expand-collaboration-across-gcc-region/

[34] https://www.healthecareers.com/article/healthcare-news/medical-technology

[35] https://www.huffingtonpost.co.uk/entry/these-low-cost-3d-printed-prosthetics-are-giving-people-a-hand_n_5b506664e4b086f60991a0cd?ri18n=true

[36] https://www.telegraph.co.uk/business/open-economy/new-technologies-transforming-healthcare/

[37] https://www.independent.co.uk/life-style/gadgets-and-tech/news/5g-surgery-china-robotic-operation-a8732861.html

[38] https://www.theguardian.com/commentisfree/2020/feb/16/our-personal-health-history-is-too-valuable-to-be-harvested-by-tech-giants

[39] https://www.mckinsey.com/industries/private-equity-and-principal-investors/our-insights/private-equity-opportunities-in-healthcare-tech